jueves, 29 de marzo de 2012

The Artist. Pudin1920


The Artist. Una dulce historia entre una promesa del cine mudo y una joven que empieza a despuntar en el nuevo cine sonoro. Una nota de color en una historia en blanco y negro. Una obra maestra del Séptimo Arte, que merece su reflejo aquí, en el Octavo Arte.

A esto me animaron mis colegas lasdelcine, en cuyo blog podréis encontrar un análisis pormenorizado de la cinta, que yo, por mis escasos conocimientos del tema, no me atrevería a realizar.

Como decía en mi primera línea, se trata de una historia dulce, por lo que alguno habrá podido adivinar que os traigo una receta dulce. Además de dulce, es en blanco y negro, de ahí a que los colores de este dulce sean esos, blanco y negro. Dulce, en blanco y negro y ¿qué más? La ubicamos en los años 20, felices años 20. Un toque de champán nos podría evocar esta época de grandes fiestas y cabarets.

Con todas estas pistas, ya os puedo decir que la receta que me ha inspirado esta “multi-oscarizada” película es un pudin de chocolate bañada en salsa de chocolate blanco al champán. Una receta que, al igual que la misma película, os deje sin habla.



Pudin1920

Ingredientes:

 -60g de chocolate negro

 -50g de mantequilla sin sal

 -120g de harina

 -2 huevos

 -120g de azúcar

 -25ml de leche

 -100g de chocolate blanco

 -nata líquida

 -champán



-Fundimos la mantequilla con el chocolate negro al baño maría, removiendo hasta que quede todo bien mezclado. Dejamos que entibie un poco.

-Añadimos el azúcar y los huevos y seguimos removiendo. Mientras añadimos la harina y la leche y seguimos removiendo hasta obtener una masa homogénea.

-Untamos un molde con grasa y harina, y añadimos la masa que hemos preparado. Tapamos con papel de aluminio bien, y lo cocemos al baño maría durante una hora. No debemos poner el fuego muy fuerte, porque podría quebrarse el pudin.

-Dejamos que enfríe un poco y desmoldamos.

-Derretimos el chocolate blanco al baño maría. Añadimos un poco de nata líquida y un poco de champán (al gusto).

 -Bañamos el pudin al gusto y decoramos (en este caso he puesto unas margaritas para darle un toque de color, como el que trae Peppy a la vida de Valentine)



Y por último, lo que queda es disfrutarlo.

Espero que os haya gustado tanto el postre como la película. Os deseo un fin de semana lleno de arte.

martes, 27 de marzo de 2012

Sushi (o arte en miniatura)


En todos sitios puede haber artistas, pero en pocos sitios la gente puede hacer de la vida un arte. Japón es uno de esos lugares en que el simple hecho de vivir es un arte. Expertos en los pequeños detalles. Artistas con una sola hoja de papel. De la forma de servir el té hacen un arte, al igual que ven arte en la apertura de una simple flor. Y por supuesto (y no podía ser menos) la gastronomía es todo un arte para ellos, que es lo que nos ocupa en estos momentos.

En la cocina japonesa no basta con mezclar una serie de ingredientes, cocinarlos cierto tiempo y servir. Hay que cuidar el detalle al máximo, hasta el más ínfimo. No vale el “no pasa nada, no se ve”. Además de utilizar los ingredientes idóneos hay que cuidar los tiempos, el corte, el uso de condimentos… pero también el plato que se va a usar, la disposición de la comida, los colores, la decoración. Como decía, pequeñas obras de arte destinadas a ser devoradas.

De todo esto podemos deducir que junto a la comida japonesa va asociada la palabra “paciencia”. No podemos esperar preparar un plato de sushi en 15minutos. Tan solo la preparación del arroz de sushi puede llevarnos una hora. A esto hay que sumarle la preparación del acompañamiento, el montaje… Como decía, paciencia.

Hoy nos centramos en el sushi, pero ni que decir tiene que la comida japonesa es mucho más que sushi, pero días habrá para retomar la dieta japonesa. El sushi, a diferencia de lo que se suele pensar, no tiene porqué ser pescado crudo. Mil veces habré escuchado eso de “¿sushi? Qué va, no me gusta el pescado crudo”. El sushi hace referencia exclusivamente a una porción de arroz avinagrado, que puede ir acompañado  del temido pescado crudo, de verdura, o de lo que nos apetezca.

Otro mito del sushi es el alga. Tampoco es necesario que el sushi vaya envuelto de alga. Es más, el sushi puede servirse en un cuenco con el acompañamiento por encima, enrollado con o sin alga, en bolitas rellenas, etc. Sobre gustos no hay nada escrito, y, por suerte, hay sushi para todos los gustos (excepto si lo que no te gusta es el arroz, claro).

Y ¿cómo se prepara el sushi? Pues como he repetido, que el sushi es arroz, empezamos con el arroz. Lo primero que debemos hacer es lavar bien el arroz, que debe ser de grano redondo. Hay que lavarlo hasta que el agua que salga sea transparente (de primeras veremos que el agua sale turbia). Tras el lavado lo dejaremos reposar con agua, aproximadamente la misma cantidad que de arroz, durante media hora. Así el arroz se irá hidratando y tomando un color blanco perlado. Tras esto lo ponemos al fuego, con la olla tapada, hasta que el agua se evapore por completo (unos 15minutos). Cuando termina la cocción, le añadimos un chorreón de vinagre de arroz (o vinagre de vino con un poco de azúcar, si no tenemos) y lo movemos con cuidado. Y lo dejamos enfriar.

Mientras preparamos el arroz, podemos ir preparando el acompañamiento que le vayamos a poner. Podemos aprovechar para cortar el pescado, el pepino, aguacates, langostinos,… 

Y llegamos al momento del montaje. Si optamos por hacer maki-sushi (sushi enrollado),  colocamos una lámina de alga nori o papel film sobre una esterilla de bambú (para ayudarnos a envolverlo). Después ponemos una capa de arroz de sushi y sobre ésta el acompañamiento, bien centrado para que al envolverlo quede completamente cubierto. Levantamos un extremo de la esterilla y vamos dándole la forma de cilindro, empujando con los dedos si fuera necesario para que no se deshaga. Retiramos la esterilla y obtenemos un cilindro completo, del que sacaremos de 6 a 8 piezas de makis. Lo cortaremos con cuidado en piezas de unos 2cm con un cuchillo bien afilado y humedecido en agua, para mejorar el corte.

Si lo que queremos es preparar nigiris, lo que haremos será pequeñas bolitas de arroz con la mano, poniendo la porción en la palma de la mano mojada en agua, y dándole forma con los dedos. Tras esto ponemos una lámina de pescado, langostino, o lo que queramos, con un poco de wasabi si queréis (pasta picante) sobre la bola de arroz y presionamos.

Otro tipo de sushi, de mis preferidos, es el granada-sushi (quiero recordar que en japonés era zakuro). Sobre un cuadrado de papel film ponemos una lámina de alga nori, y sobre el alga, una lámina de tortilla muy fina, y para terminar una bolita de arroz. Levantamos las esquinas de papel film y las unimos para ir formando una esfera. Apretamos para darle la forma redondeada y retiramos el papel film. Con un cuchillo hacemos un corte en forma de cruz en la parte superior de la esfera, y levantamos los cuatro piquitos de alga, haciendo como la corona de una granada. Dentro de la corona, le añadimos virutas de cangrejo, huevas,… y listo para servir.

Aquí os he dejado las instrucciones para tres tipos distintos de sushi. A partir de ahora, solo queda preparar las piezas en el plato, decorar con más elementos comestibles, servir y disfrutarlo. Imprescindible acompañar con un poco de salsa de soja para mojar las piezas.

Como advertí, el proceso podía ser largo. Pero el resultado merecerá la pena.

Espero que lo disfrutéis!



PD_ Me gustaría dedicar esta entrada a mis colegas lasdelcine cuyo blog acaba de cumplir un añito. Desde aquí os deseo lo mejor con un plato que sé que os encanta, y que os prometo compartiremos cuando nos volvamos a ver. Felicidades!!